Técnicas de relajación
•Evita la ropa que pueda molestarte: cinturón, cuellos, corbatas, zapatos...
•Acuéstate sobre una superficie rígida, pero que no sea ni muy
dura ni muy blanda. Es bueno hacerlo sobre una alfombra.
•Coloca el cuerpo boca arriba. Las piernas ligeramente
entreabiertas y los brazos extendidos a lo largo del cuerpo.
•Cierra los ojos sin apretar mucho los párpados y quédate
totalmente inmóvil.
•Revisa todos los músculos de tu cuerpo concentrando
sucesivamente tu atención en cada uno y alejando la tensión que
pueda haber acumulada en alguno de ellos.
•Despeja tu mente, debe relajarse ella misma sumergiéndose en la
imaginación, visualizando escenas agradables, placenteras…(por
ejemplo, la contemplación de una hermosa puesta de sol desde
una verde colina; tumbado sobre la limpia arena de una playa
recibiendo la brisa del mar y el murmullo de las olas; algo que te
relaje).
Ejercicios de respiración
•El cansancio y la fatiga en el estudio provienen muchas veces de
una mala ventilación. Para mejorar puedes realizar el siguiente
ejercicio de respiración:
•Acúestate de espaldas con la nuca apoyada en el suelo, las
rodillas flexionadas y los brazos extendidos a lo largo del cuerpo.
•Cierra los ojos, entreabre la mandíbula y relaja la lengua y los
labios. Concéntrate sólo en tu respiración durante tres o cuatro
minutos.
•Respira por la nariz lenta y profundamente contando hasta cinco.
Contén la respiración tan sólo un segundo, y aspira despacio por la
nariz contando de nuevo hasta cinco.
•Duerme bien, es muy importante.
•Debes aprovechar las horas del día sin tener que quitarte horas de
sueño. Tu trabajo intelectual (clases o estudio) no puede
funcionar si estás cansado. Normalmente, ocho horas pueden ser
las adecuadas para un estudiante.
•Para dormir bien puedes recurrir a estos medios:
•Practica previamente los ejercicios de relajación básica que te
hemos apuntado.
•Para favorecer la relajación antes de acostarse es bueno un baño
de agua tibia pero no es aconsejable permanecer más de diez
minutos dentro del agua.
•Un vaso de leche caliente antes de acostarse también favorece el
sueño.
•Dos horas antes de acostarte debes ir abandonando tu actividad
normal para dar paso a un reposo gradual. La lectura relajada y
una música serena son buenos preludios para un dulce sueño.
•No dejes nada para consultar con la almohada. Al terminar el día,
se acabaron los problemas.
•Adopta por costumbre una hora fija para acostarte y otra fija para
levantarte, parece demasiado pero te obliga a organizarte.